La gestión de Relaciones Públicas en la empresa moderna no está condicionada ni se limita a crear un deseo de compra o buscar el desarrollo de un mercado, su campo es mucho más amplio, su fin es más ambicioso y más necesario.
Una empresa no puede prescindir de la publicidad si la demanda de sus clientes es satisfactoria y próspera de tal modo que en ningún caso podrá desprenderse de las Relaciones Públicas pues no puede vivir, ni prosperar sin la comprensión y confianza de sus públicos, es decir, debe preocuparse de mantener vigente el sentimiento de adhesión hacia la actuación de la empresa.
Si un gobierno puede escoger el momento favorable para plantear la cuestión de la compresión y confianza, la empresa, en cambio, no puede. Para ella la compresión y confianza surge en todo momento, está latente dentro de la dinámica del comportamiento de sus públicos, independientemente de su voluntad y con frecuencia en un momento que no desea. Cualquier respuesta negativa que dé a esta cuestión hace más difícil su rentabilidad.
Asimismo ya desde hace más de 25 años se vienen admitiendo las Relaciones Públicas juega un papel importante en la vida de la empresa. Hoy por hoy, ante la necesidad de una superación de la empresa y ante el estímulo que impone el lograr un sitio correcto en el mercado, queda muy claro que el directivo y el empresario buscan y encuentran en una política de Relaciones Públicas el camino ideal para dar a su empresa el tono adecuado, que permita lograr ese clima o entorno social que busca y que detectará y valorará en el balance social y posteriormente constatará en la auditoría social.
De ahí que cuando hablamos de Relaciones Públicas internas o externas, se piensa y diferencia los diversos tipos de públicos a los que han de ir encaminada a una acción y que se sitúa dentro del radio de influencia de la organización, determinada hasta donde pueda llegar su actividad. Y es así como si existieran públicos para una empresa, es porque un número concreto de grupos humanos es capaz de influir en sus actividades. De lo que estás piensen de la empresa, va a depender, en mayor o menor grado, la influencia que ejercerán voluntaria o inconscientemente en estas actividades.
Dentro de la empresa podremos considerar a nivel de públicos internos, los diversos grupos espontáneos, que surgen ante la infinidad de criterios, aficiones o formación y que muchas veces se determinan en los líderes, en clubes deportivos, asociaciones sindicales o profesionales de trabajadores, grupos de estudio y formación o bien grupos culturales.
El proceso de relación entre la organización y sus públicos, planteados por el profesor Simoes, se inicia con el primer mensaje que emite la organización, para transmitir la primera información sobre su creación, a la sociedad o a parte de ella; en otras palabras, el proceso de Relaciones Públicas se inicia cuando la primera información sobre la organización codificada y emitida, llega hasta sus públicos o normalmente a parte de ellos: es decir, la información se constituye en el elemento activador del proceso.
En síntesis, se podría señalar que el proceso de Relaciones Públicas está inserto en la gestión de toda organización, de modo que a estas alturas parece evidente que las Relaciones Públicas significan algo más que simplemente un proceso de comunicación; se constituyen en un proceso de administrar la comunicación
Finalmente, es así como Relaciones Públicas colaboran en la elaboración de la política empresarial. Estimulan y conexionan a los directivos. Son insustituibles en la formación del personal en toma de conciencia y en su imprescindible motivación. Sirve de catalizador en cuanto a la empresa y su entorno. Hacen ver y sentir a los accionistas colaboradores financieros la conveniencia y rentabilidad de la inversión. Crean entre los empleados, jefes y empresa, una corriente de justicia y buena predisposición, ciertamente necesaria.
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